domingo, 4 de mayo de 2008

Más acá de Más Adentro

La espera en Valparaíso (33º03'S, 71º07'O), fue larga, bastante larga. El neivi, con rudo aspecto, chequeaba con exasperante calma, verificando que a cada pasajero estuviera en ese arrugado listado que se había completado sólo apenas se publicaron las vacantes. Nuestro equipaje: 3 monstruosas, siniestras, plateadas y metálicas cajas yankees, que lograban proteger de los golpes y el agua el delicado instrumental, su problema: casi imposibles de cargar; 4 trípodes; 4 estaciones totales; 4 cajas de cartón llenas de frutas y verduras, 5 mochilas, 5 sacos de dormir y una bolsa de pan.

Luego de 5 horas de sedienta espera, se iniciaba la aventura hacia la isla Robinson Crusoe (33°38’S, 78°51’O), en el archipiélago Juan Fernández.

La partida es casi una fiesta en Pancho: los compatriotas vuelven a casa, los hijos regresan al lecho materno, las ansiadas vituallas van. Nos esperan 30 horas de viaje.

Los primeros minutos pasan rápido,…. demasiado. Hay muchas cosas que ver en el “conti” mientras te alejas raudamente, mientras los nudos se incrementan, mientras el paisaje empequeñece. Allá alcanzas a ver la casa de Lukas, un poco más allá la Sebastiana, también el recordado edificio de la fundación Isabel Caces de Brown, el castillo de la Santa María…. las hermosas y ahogadas dunas de Concón rompen la monotonía urbana.

El Aquiles, construido por Asmar-Chile, es un buque de gran autonomía, diseñado para transporte de carga y pasajeros, contribuye a la conexión de territorios aislados, llevando permanentemente material médico, además de ser utilizado como soporte en caso de catástrofes.

El interior del Aquiles tiene gran comodidad: camarotes individuales, camarotes para dos personas, camarotes para cuatro pasajeros…un espacio de estar con televisión satelital; un quiosco para la venta de golosinas, productos de farmacia o souvenir; 2 casinos, una cubierta aérea (para los helicópteros) y un agradable espacio en popa para conocer pasajeros, ver la estela alejarse y echar humo.

En el buque haya gran libertad, es posible recorrer las diferentes cubiertas, subir y bajar escaleras, mirar desde fuera la cabina de mando o conversar con la tripulación. La primera hora pasa rápido.

Durante la segunda hora, mucha gente conversa, grupos aquí y allá, niños que corren, personas que ven tv, otros tienen la mirada perdida en el Pacífico…..Me siento un rato…

La tercera hora, p a s a m u y l e n t o…. Sigo sentado… estoy conectado con la embarcación…. Veo el horizonte a estribor mientras pierdo de vista el de babor…..el paisaje se vuelve totalmente marítimo a un lado, al otro es completamente atmosférico….. esto se repite, se repite, se repite…. no se detiene…. Me levanto.


En mi cuarta hora de navegación estoy sentado otra vez, encontré por suerte un espacio cómodo. Mi vista es aguda…. Al otro lado del salón un bolso de mueve al vaivén de las olas, un viejo lobo de mar ríe mientras equilibra su cuerpo, un vaso servido a la distancia mantiene el nivel desplazándose a uno y otro lado…. Siento calor, las manos húmedas…. cierro los ojos, los otolitos nunca han trabajado tanto,

A las cuatro horas y quince minutos, me levanto, quiero ir derecho, no lo logro…. …recuerdo alguna de mis primeras salidas nocturnas de estudiante. Mi camarote está muy lejos, mis manos no sueltan una baranda…

Cuatro horas y veinte minutos…. la baranda no me suelta. Cuatro horas y treinta, sigo allí….. cuatro horas y treinta y cinco,… desisto de ir a mi camarote….. el baño está un poco más cerca….

La cabeza me da vueltas, las manos mojadas, un pie no sigue al otro, las voces a mi alrededor se multiplican por 10, las personas pasan en cámara lenta, el océano cubre todo,…. “boba”, “popestribor”, “propa”….en este m omento no me importa… quiero avanzar….. al fin, un paso puede seguir al otro… avanzo por el pasillo, cada saliente de la pared entrega seguridad a mis manos, Oh no!! una escalera de eternos 30 peldaños….


Cinco horas y cinco minutos,….. no recuerdo haber bajado esa escalera!! El baño está un poco más cerca, cinco horas y diez, al fin llego….leo un cartel.… “Sólo pasajeros femeninos, espere hasta las 23:00”…. Con sólo el vaivén de seguridad miro el reloj, logro presionar el botón de la luz…… las 22 y 15.

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